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domingo, 18 de junio de 2017

Homilía del Papa Francisco la Víspera de Pentecostés para celebrar la "corriente de gracia" de la Renovación Carismática Católica (comentada por José Martí) Parte 1 de 3


NOTA INICIAL: LA ENTRADA DE ESTE BLOG TITULADA La intervención papal en la víspera de Pentecostés de los carismáticos fue excesivamente larga, razón por la cual pido disculpas. De manera que, dada la importancia que tiene este asunto de los carismáticos, según el Papa,  la he dividido, con algunos ligeros cambios, en tres entradas, colocando los links correspondientes en cada una para que sea más sencillo y rápido el paso de una a otra. 

FUENTE: WEB DEL VATICANO

VIGILIA DE PENTECOSTÉS

PALABRAS DEL SANTO PADRE FRANCISCO

(NOTA: Las palabras de Francisco, que pueden escucharse en el vídeo de unos 25 minutos, están escritas en letra cursiva y el tipo de letra es Times. Este tipo de color azul hace referencia a las citas evangélicas. El rojo oscuro a los puntos oscuros (posiblemente heterodoxos). El rojo claro a lo que pretendo destacar de un modo especial. Mis comentarios van en este tipo de letra)

24:49 minutos

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PARTE PRIMERA; PARTE SEGUNDA; PARTE TERCERA

Circo Máximo, Roma
Sábado 3 de junio de 2017

EL PAPA:

Queridos hermanos y hermanas: Gracias por el testimonio que hoy dan aquí. Nos hace bien a todos. Me hace bien a mí también.

En el primer capítulo del libro de los Hechos de los Apóstoles leemos: "Cuando estaba a la mesa con ellos, Jesús les ordenó que no se ausentaran de Jerusalén, sino que aguardaran la promesa del Padre: 'La que oísteis de mí, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros, dentro de pocos días, seréis bautizados en el Espíritu Santo" (Hech 1, 4-5). "Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. Y sucedió que, de repente, sobrevino del cielo un ruido, como de viento huracanado, que invadió toda la casa en la que estaban.  Entonces se les aparecieron lenguas como de fuego que se distribuían y se posaban sobre cada uno de ellos. Y todos se llenaron del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo les impulsaba a expresarse" (Hech 2, 1-4).

Éste es el pasaje del libro de los Hechos. Hoy estamos aquí hoy como en un Cenáculo a cielo abierto, porque no tenemos miedo. A cielo abierto y también con el corazón abierto a la promesa del Padre. Estamos reunidos aquí todos los creyentes, todos los que profesamos que "Jesús es el Señor". ¡Jesús es el Señor! Muchos han venido de distintas partes del mundo, y el Espíritu Santo nos ha reunido para establecer lazos de amistad fraterna que nos alienten en el camino hacia la unidad para la misión: no para estar detenidos sino para la misión, para proclamar que Jesús es el Señor - " Jesús es el Señor " - para anunciar a todos el amor del Padre por todos sus hijos! ¡Para anunciar la Buena Nueva a todos los pueblos! Para demostrar que la paz es posible. ¡No es tan fácil demostrar a este mundo de hoy que la paz es posible, pero en el nombre de Jesús podemos demostrar, con nuestro testimonio, que la paz es posible!

COMENTARIO

[Parece ser que La Paz a la que se refiere el Papa está relacionada con la unidad. Pero ... ¿a qué paz se refiere? ¿Y a qué tipo de unidad? 

EL PAPA:

Pero es posible si tenemos paz entre nosotros. Pero si acentuamos las diferencias y estamos en guerra entre nosotros, entonces no es posible, no podemos anunciar la paz. La paz es posible desde nuestra confesión de que Jesús es el Señor y desde nuestra evangelización en este camino. Es posible a pesar de que mostramos que tenemos diferencias. Esto es obvio: que tenemos diferencias. Pero deseamos ser una diversidad reconciliada. No se olviden de esta palabra y decirlo a todos: diversidad reconciliada. Y esta palabra no es mía, no es mía. Es de un hermano luterano: diversidad reconciliada.

COMENTARIO

¿Diversidad reconciliada? ¡esto es extraño! Lo de la diversidad es evidente. Pero ¿a qué tipo de reconciliación se quiere referir el papa ... O mejor ... su hermano luterano, ya que no son palabras suyas?

Sabemos todos muy bien que el Espíritu Santo es Uno. Es verdad que este Espíritu se manifiesta de diversas maneras (en Él unidad y diversidad se dan la mano) ... Pero con la particularidad de que, en todos los casos, es siempre el mismo y único Espíritu.  Es decir: estamos hablando del Espíritu de Jesucristo: Espíritu del Hijo que es también Espíritu del Padre, pues procede de ambos. Es el Amor recíproco y total que Padre e Hijo se profesan en el seno de la Santísima Trinidad, misterio éste del Dios Uno y Trino, que Cristo nos reveló y que es fundamental en el Cristianismo. "Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo" (1 Cor 12, 4).

Y ciertamente, el Espíritu Santo, que nos es dado gratuitamente, obra en nosotros, si le dejamos actuar, para la edificación y unión verdadera de todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia. "A cada uno se le da la manifestación del Espíritu para común utilidad" (1 Cor 12, 7). Dice san Pablo: "Un solo cuerpo [que es la Iglesia que Cristo fundó, Cuerpo Místico de Cristo, del cual participamos todos los católicos, a quienes, por el bautismo, se nos ha dado la gracia de ser realmente hijos de Dios, sin merecimiento alguno por nuestra parte] y un solo Espíritu, como una es la esperanza a la que habéis sido llamados, la de vuestra vocación. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo" (Ef 4, 4-5).
Y dice Jesús: "Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, Él os guiará hacia la Verdad completa, pues no hablará de Sí mismo, sino que hablará de lo que oiga y os anunciará lo que ha de venir. Él me glorificará porque recibirá de lo Mío y os lo dará a conocer. Todo lo que el Padre tiene es Mío. Por eso dije que recibirá de lo Mío y os lo anunciará" (Jn 16, 13-15)

Hablar del Espíritu Santo es algo muy serio. No se puede hablar de Él de cualquier manera. Y esto es así hasta el punto de que fue el mismo Jesús, nuestro Señor, que es pura misericordia, quien pronunció estas tremendas palabras, de difícil comprensión, pero ciertas: "Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo no se le perdonará ni en este mundo ni en el venidero" (Mt 12, 31-32). Y de modo análogo dice san Pablo: "No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la Redención" (Ef 4, 19). 

Teniendo en cuenta que "ninguno puede poner otro fundamento fuera del que ya está puesto, que es Jesucristo (1 Cor 3, 11) resulta que, si no tenemos a Jesucristo, quien dijo de Sí mismo que es la Verdad, tampoco podemos tener su Espíritu, que es Espíritu de Verdad, un Espíritu que mora en nosotros si estamos en gracia: ¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él; pues el templo de Dios, que sois vosotros, es santo. (1 Cor 3, 16-17). Éste es el fundamento de la dignidad especial que tiene un cristiano, pues es -nada menos que- templo del Espíritu Santo [entendemos por cristiano a aquél que sigue a Cristo, en el seno de la iglesia que Él fundó, que es la Iglesia Católica. Sólo éste tiene -o puede tener- el Espíritu Santo, si está en gracia de Dios]. 

EL PAPA:

¡Y ahora estamos aquí y somos muchos! Nos hemos reunido para orar juntos, para pedir la venida del Espíritu Santo sobre cada uno de nosotros, para salir por las calles de la ciudad y al mundo para proclamar el señorío de Jesucristo. El libro de los Hechos afirma: "Entre nosotros hay partos, medos, elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea y Capadocia, el Ponto y el Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y las regiones de Libia, fronteriza con Cirene; y los romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras propias lenguas las grandes maravillas de Dios"(2,9 a 11). Hablar en la misma lengua, escuchar, entender ... Hay diferencias, pero el Espíritu nos hace entender el mensaje de la Resurrección de Jesús, en nuestra propia lengua.

COMENTARIO

¡Atención! Decir que el Espíritu nos hace entender el mensaje de Jesús en nuestra propia lengua no significa que nos diga cosas diferentes o incluso contradictorias. Esto es muy importante. Por ejemplo:

- El Espíritu no nos puede decir que Jesucristo está real, sustancial y verdaderamente presente en la Eucaristía, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad (lo que, como sabemos, es un dogma de fe para un católico) ... Y, ese mismo Espíritu, decirnos - al mismo tiempo- que la presencia de Cristo en la Eucaristía es un mero recuerdo (como dicen los protestantes). Hay una incompatibilidad absoluta. Por eso, una celebración conjunta entre católicos y protestantes es un imposible. Caso de darse, sería una farsa y una blasfemia.

- El Espíritu no nos puede decir [como, en realidad, dice ... pues lo que sigue es palabra de Dios; palabra, por lo tanto, del Espíritu Santo, a saber]:  "Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y quien se casa con la repudiada de su marido, comete adulterio (Lc 16,18) y también: "No os engañéis: (...) Los adúlteros no poseerán el Reino de Dios" (1 Cor 6, 9-10). Y el mismo Espíritu decirnos -al mismo tiempo- y hablando del mismo tema: "Ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada «irregular» [entiéndase por tal el adulterio] viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante" [Amoris Laetitia, núm. 301]

Pues bien: Puestos a elegir entre lo que dijo Jesús, con toda claridad, y lo que se afirma en Amoris Laetitia, yo elijo lo que dijo Jesús. Lo que se afirma en Amoris Laetitia no proviene del Espíritu. Lo que se lee en Amoris Laetitia no sólo no lo dijo Jesús, sino que es contrario a lo que Jesús dijo. Es pura palabra humana y, lo peor de todo, contraria a la verdad. ¡De modo que la Amoris Laetitia no sólo no es Magisterio, como algunos cardenales, próximos al papa, pretenden ... sino que está abiertamente contra el Magisterio de la Iglesia de siempre y contra el mandamiento y las palabras de Jesucristo!

Se pueden poner infinidad de ejemplos. Pero en todos ellos queda muy claro -o debería de quedar- que el Espíritu Santo [el auténtico, el único, el verdadero], aun cuando se desenvuelva en el misterio, nunca actúa contra la razón humana, nunca es contradictorio. El principio de no-contradicción, según el cual una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentidovale también para Dios, pues lo sobrenatural nunca se opone a lo natural, sino que lo eleva y lo perfecciona.

EL PAPA:

Estamos reunidos aquí creyentes de 120 países del mundo, celebrando la ‎obra soberana del Espíritu Santo en la Iglesia (¿...?), que comenzó hace 50 años ‎y dio comienzo… ¿a una institución? No. ¿A una organización? No. A una corriente de gracia, a la corriente de gracia de la Renovación Carismática Católica. Obra ‎que nació… ¿católica? No. Nació ecuménica. Nació ecuménica porque el Espíritu Santo es el que crea la unidad, y es el mismo Espíritu Santo el que inspiró ‎que fuera así. ‎Es importante leer las obras del cardenal Suenens sobre esto: es muy importante.

COMENTARIO

Éste es el quid de la cuestión: según el papa, y como efectivamente así es, "la Renovación Carismática Católica" no nació católica ... sino ecuménica. O sea, que el Ecumenismo está por encima del Catolicismo. Recordemos que, según Francisco, Dios no es católico.  ¡¡¡el ecumenismo!!! ... Siempre - y machaconamente- estamos con el mismo tema, como si no hubiera nada más importante en la iglesia (pinchar aquí). Además, este “ecumenismo” es entendido como signo de unidad (¿qué tipo de unidad?). Y, para más INRI, resulta que, según Francisco, "es el mismo Espíritu Santo el que inspiró que fuera así". Ésas son sus palabras.

Las "sorpresas del Espíritu", a las que alude Francisco con tanta frecuencia, son realmente sorprendentes: son las sorpresas de Francisco, quien se ha convertido en el intérprete fiel y único del Espíritu Santo. Ciertamente Éste sopla donde quiere ... pero da la impresión -¡y es mucho más que una impresión!- de que dicho Espíritu habla sólo por boca de Francisco, un papa a quien el Denzinger-Bergoglio bautizó como "Francisco i, el insuperable". (insuperable por la cantidad de disparates que dice, claro está). En ese artículo podemos leer lo siguiente (nótese la ironía) : "Y si para algunos el Concilio Vaticano II representó “el año 0” de la Iglesia Católica, ahora para otros Francisco sería el papa número 1 de una nueva iglesia y sólo él, después de 265 papas, ha sido capaz de “abrir el corazón al Espíritu Santo y discernir cuál es la voluntad de Dios”.

Continúa