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lunes, 24 de julio de 2017

OBJETIVO "1984": Un pensamiento enfermo (por José Martí) [4 de 6]

EL DIABLO ES PADRE DE LA MENTIRA


Como sabemos, "en el Diablo no hay verdad. Cuando dice la mentira, habla de lo suyo, porque es mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8, 44). Y en la actualidad en la que nos ha tocado vivir, aquella que Dios ha querido para nosotros, la mentira se ha apoderado del mundo; y esto hasta extremos insospechados. No se soportan las verdades más evidentes, hasta el punto de caer en el absurdo más ridículo, diciendo sandeces y negando verdades que saltan a la vista de todos. 

De modo que no es ya sólo la creencia en Dios lo que está en juego sino la misma razón.  El pensamiento está enfermo. Se niega el principio de no contradicción, según el cual una cosa y la contraria no pueden ser iguales al mismo tiempo. El ser humano no sabe ya razonar. Y esta locura de la gente, consecuencia lógica de haberse apartado de Dios, se ha introducido también en la Iglesia, como bien se sabe. Sirva de ejemplo este corto vídeo en donde el padre jesuita Antonio Spadaro afirma -y se queda tan pancho- que en teología 2 + 2 pueden ser 5. 


Duración: 30 segundos

Clerical Mathematics: Jesuit Father Antonio Spadaro, one of the guardians of Pope Francis’ revolution, wrote on his Twitter account that – quote – “Theology is not Mathematics” and that, “2+2 in Theology can make 5, because it has to do with God and real life of people.”  Gloria.tv  comments: In the real life of people 2+2 is never 5.

TRADUCCIÓN PERSONAL

Matemáticas clericales: El padre jesuita Antonio Spadaro, uno de los guardianes de la revolución del Papa Francisco, escribió en su cuenta de Twitter que - cita - "La Teología no es la Matemática" y "2 + 2 en Teología pueden ser 5, porque esto tiene que ver con Dios y con la vida real de la gente". Comentario de Gloria.tv : "En la vida real de la gente 2 + 2 nunca son 5".


Por más vueltas que le demos, lo cierto es que "no podemos nada contra la verdad sino en favor de la verdad" (2 Cor 13, 8). 

Mucho se han empeñado los grandes de este mundo, a lo largo de la historia, en destruir la verdad. Hoy en día se dedican a ello de un modo atroz. Y sin embargo, el sentido común de la gente sencilla (gente que todavía queda, gracias a Dios; más de la que pensamos) es el que sigue todavía haciendo llamar a las cosas por su nombre: "lo que es, es"

De manera tal que sólo en apariencia y usando métodos coercitivos, de corte totalitario, "algunos" [o "muchos" tal vez, debido a la influencia perversa de los mass media] podrán "pensar" que la mentira ha triunfado; y, sin embargo, no es así ni puede serlo. Tal triunfo de la mentira es una quimera ... Claro está, siempre que entendamos por triunfo el triunfo final, el cual será indefectiblemente de Dios. Así lo creemos. Y así sabemos que será, confiados en la Palabra de Dios, que es la Verdad y en Él no hay engaño. Nos lo demostró dando su Vida por nosotros para salvarnos. 


"Y se entabló un gran combate en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. También lucharon el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron, ni hubo ya para ellos un lugar en el cielo. Fue arrojado aquel gran dragón, la serpiente antigua, llamada Diablo y Satanás, que seduce a todo el universo. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí en el cielo una fuerte voz que decía: "Ahora ha llegado la salvación, la fuerza, el reino de nuestro Dios, y el poderío de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche . Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, menospreciando su vida hasta la muerte. Por eso, alegraos, cielos y cuantos en ellos habitáis". (Ap 12, 7-12)
Aún no ha llegado el momento de la victoria. Y lo que se observa es justo lo contrario. De ello ya nos advirtió Jesús, en repetidas ocasiones. También lo leemos en la primera carta de san Juan: "El mundo entero está bajo el poder del Maligno" (1 Jn 5, 19). Aquí vamos a ceñirnos sólo en lo que se lee en el Apocalipsis (palabra que significa Revelación)
"Y vi una bestia que salía del mar: tenía diez cuernos y siete cabezas, y sobre sus cuernos diez diademas y sobre sus cabezas nombres blasfemos" (Ap 13, 1). " (...) y toda la tierra, admirada, siguió a la bestia. Y adoraron al dragón porque había entregado el poder a la bestia. También adoraron a la bestia, diciendo: "Quién es como la bestia, y quién puede luchar contra ella?". Se le dio una boca que profería palabras arrogantes y blasfemias, y se le dio poder para actuar durante cuarenta y dos meses. Y abrió su boca con blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre y de su tabernáculo y de los que moran en el cielo. Se le concedió hacer la guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio poder sobre toda tribu y pueblo, lengua y nación. Y la adorarán todos los que habitan la tierra, aquéllos cuyo nombre no está escrito, desde el origen del mundo, en el libro de la vida del cordero inmolado. Quien tenga oídos, que oiga" (Ap 13, 3-9)
"Y vi otra bestia que subía de la tierra. Tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón. Ejerce en su presencia todo el poder de la primera bestia, y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia" (Ap 13, 11-12) (...) hasta el punto de que consigue que los habitantes de la tierra hagan una imagen de la primera bestia, a la cual le infunde vida para que hable y haga que mueran todos cuantos no adoren esa imagen: "Hizo que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, recibieran una marca en su mano derecha o en la frente, para que nadie pueda comprar ni vender nada si no tiene la marca con el nombre de la bestia" (Ap 13, 16-17)
Ciertamente aquí no acaba la historia. Sigamos leyendo: 
"Vi entonces al Cordero puesto en pie sobre el monte Sión, y con Él a ciento cuarenta y cuatro mil, que llevaban escrito en la frente el nombre de Él y el nombre de su Padre" (Ap 14, 1) (...) "Éstos son los que siguen al Cordero donde quiera que vaya. Éstos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero, y no se halló mentira en su boca: están sin mancha" (Ap 14, 4-5)
Y poco después un tercer ángel dice con voz fuerte: "Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en la frente o en la mano" (Ap 14, 9) (...)  "será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y delante del Cordero" (Ap 14, 10) [en clara alusión al Infierno, ése en el que hoy no se cree que exista] 
Y luego está escrito, a modo de consejo -y de mandato- para que todos tengan claro cuál ha de ser su modo de vivir, si quieren salvarse: "En esto consiste la paciencia de los santos [esa paciencia de la cual dijo el Señor (en Lc 21, 19) que por ella salvaríamos nuestras almas] : que guardan los mandamientos y la fe de Jesús" (Ap 14, 12).
Y a continuación queda patente ante todos el triunfo de Jesucristo y de todos aquéllos que han permanecido fieles a su Nombre:
"Y vi el cielo abierto: en él un caballo blanco; y el que lo monta se llama Fiel y Veraz, y con justicia juzga y combate. Sus ojos son como una llama de fuego, y en la cabeza tiene muchas diademas; lleva escrito un nombre que nadie conoce sino Él; está vestido con un manto teñido de sangre, y su nombre es el Verbo de Dios" (Ap 19, 11-13) (...) "En el manto y en el muslo lleva escrito un nombre: Rey de reyes y Señor de señores" (Ap 19, 16). (...) "Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba montado sobre el caballo y contra su ejército. Pero apresaron a la bestia y con ella al falso profeta que, en su presencia, hacía prodigios, con los que seducía a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que habían adorado su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al estanque de fuego que arde con azufre. Los demás fueron muertos con la espada que sale de la boca del que va montado en el caballo" (Ap 19, 19-21)
Vi también un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo. Y oí una fuerte voz, procedente del trono, que decía: "¡Ésta es la morada de Dios con los hombres! Él habitará con ellos y ellos serán su pueblo, y Dios, habitando realmente en medio de ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos; y no habrá ya muerte ni llanto, ni lamento ni dolor; porque todo lo anterior ya pasó". Y el que estaba sentado en el Trono dijo: "Mira, hago nuevas todas las cosas". Y añadió: "Escribe: Estas palabras son fidedignas y veraces". También me dijo: "Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al sediento le daré de beber gratis de la fuente de agua viva. El que venza heredará estas cosas y Yo será para él Dios y él será para Mí hijo. En cambio, los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda" (Ap 21, 1-8)
Continuará