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martes, 4 de abril de 2017

Carta a los cuatro cardenales que plantearon las Dubia al papa Francisco (José Martí) [3 de 3]


Me vienen ahora a la memoria unas palabras que dijo Jesús y que, como todas sus Palabras, son las únicas que nos pueden dar la Vida ... pues, además, al mismo tiempo que señalan un problema, señalan también su solución: 

"Todo reino dividido contra sí mismo será desolado y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no subsistirá" (Mt 12, 25)

En la actualidad la Iglesia está dividida contra sí misma. Y si continúa por este camino estaría abocada a su desaparición, a su destrucción como tal Iglesia (situación de apostasía universal).

Cierto que tal destrucción no puede ocurrir, pues "las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella" (Mt 16, 18) pero cierto también que "surgirán muchos falsos profetas que engañarán a muchos. Y al crecer la maldad, se enfriará la caridad de muchos"(Mt 24, 11-12) ... hasta el punto de que llegará un momento en el que "quien os dé muerte piense que así sirve a Dios" (Jn 16, 2).

La Iglesia subsistirá (la verdadera Iglesiapero serán pocos los que pertenezcan a ella y puedan salvarse. Y esto es así hasta el punto de que "si no se acortasen tales días, nadie se salvaría; pero por los elegidos se acortarán aquellos días" (Mt 24, 22), nos dice Jesús.

En realidad no deberíamos de extrañarnos demasiado, pues todo lo que está ocurriendo ahora ya estaba anunciado en las Sagradas Escrituras: Vendrá un tiempo en que (los hombres) no soportarán la sana doctrina, sino que, dejándose llevar de sus caprichos, reunirán en torno a sí maestros que halaguen sus oídos, y se apartarán de la verdad, volviéndose a las fábulas (2 Tim 4: 3-4).

Éste será (¡es!) el problema. Y junto al problema, la solución:

"Pero tú vigila en todo, afánate en el trabajo, haz labor de evangelista, desempeña bien tu ministerio" (2 Tim 4, 5).

Por eso, sus Eminencias, dado que "nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión a uno y amará al otro, o bien se allegará a uno y despreciará al otro" (Mt 6, 24), según dijo Jesús, yo les suplicaría humildemente que, por lo que más quieran, no se vuelvan atrás en su corrección formal al Papa.

No se contenten con una simple declaración de lo que la Iglesia siempre ha dicho, porque eso ya lo están haciendo otros cardenales. Vendría a ser como otra "opinión" más ... cuando, en realidad, no lo es. Pero digo esto porque también hay muchos otros cardenales que, con la excusa de la adaptación de la Iglesia a los tiempos modernos, quieren cambiar toda la estructura de la Iglesia católica.

Considero que tienen una grave responsabilidad. Ya que han dado el primer paso ... ¡no se vuelvan atrás! ¡Cumplan con su deber (según 2 Tim 4, 5) y atiendan, sobre todo, a las palabras de Jesús"No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed, sobre todo, al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28).

¡No pueden abandonar el rebaño que les ha sido encomendado, sobre todo cuando son conscientes de la existencia -comprobada y publicada-  de tantos falsos pastores que se han entronizado en la Iglesia y que están siendo causa de confusión y también de perdición eterna para muchas almas! 

El papa Francisco necesita de una corrección formal seria, pues AL supone un auténtico peligro para la fe.

Porque, además, lo que va a ocurrir es tan solo el primer paso. Una vez abierta la puerta a los adúlteros, es cuestión de poco tiempo el que pueda comulgar cualquiera, independiente de si tiene o no pecados, del tipo que sean.

Y dado que ya se ha entronizado a Lutero en el mismo Vaticano y que se quiere celebrar la conmemoración de la Reforma Protestante ...  hasta el punto, incluso, de querer celebrar una misa conjunta entre católicos y protestantes ... con motivo del quinto centenario de la ruptura protestante, se llegaría a una situación gravísima en la Iglesia, puesto que los protestantes niegan la Presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, amén de otros puntos incompatibles con la fe católica. 

Necesitamos recordar, una vez más, las palabras de san Pablo a los corintios: “Nada podemos contra la verdad, sino a favor de la verdad” (2 Cor. 13: 8). La Iglesia católica es la única Iglesia verdadera. No hay otra. Y fuera de la Iglesia no hay salvación posible. Esto es una verdad de fe. Si no creyéramos que esto es así, actuando, por lo tanto, en coherencia con esta fe, entonces ¿qué sentido tendría la vida de un católico? ¿Qué importaría tener una religión u otra? ... ¡Como si la religión católica fuese comparable a las demás, que son todas inventos humanos! ¡Ninguna otra religión ha sido revelada directamente por Dios, en Jesucristo, para nuestra salvación!

Si llegase a producirse esa celebración conjunta, la Iglesia habría pasado a mejor vida. Y las palabras de Jesús estarían teniendo ya su cumplimiento: "¿Pensáis que cuando venga el Hijo del hombre encontrará fe en la tierra?" (Lc 18, 8). Posiblemente sería una señal de que el fin de los tiempos está cercano ... ¡y los verdaderos cristianos serían perseguidos por todos, incluida la Iglesia oficial, y vivirían en un estado catacumbal, al estilo de los primeros cristianos! 

Ese es el motivo por el que considero que, con carácter de urgencia, deben de dar un paso adelante, abandonándose por completo en las manos del Señor, que nunca falla, y realizar formalmente la corrección formal al papa Francisco, tal y como dijeron que haríany que no sea verdad el bulo que se corre de que no van a realizar tal corrección directa  pues es mucho - ¡muchísimo!- lo que está en juego. Y somos muchos los católicos que estamos expectantes de que se produzca esa corrección formal al Papa, dado que la cizaña está creciendo de un modo acelerado, en particular, a modo de ejemplo, en Alemania, aunque prácticamente se está extendiendo a nivel mundial. 

Deseo fervientemente que Dios les ilumine para que tomen la decisión que sea mejor para la Iglesia. Sepan que cuenta con mis oraciones continuas y con las de miles y miles de católicos que están atravesando una etapa en su vida de gran sufrimiento, al observar cómo el mundo ha penetrado en la Iglesia, cambiándola desde dentro ... y, lo más grave, que la mayoría de los obispos y cardenales que estaban viendo lo que ocurría callaban, por cobardía o por respetos humanos o por lo que sea. Eso ha dado lugar al panorama que ahora estamos contemplando en la Iglesia ... y lo que aún nos espera.

Por eso mi deseo es más una súplica porque la Iglesia se hunde.

Suyo afectísimo en el Señor Jesús:

José Martí